Pintar una habitación infantil puede ser una tarea altamente entretenida, ya que este tipo de estancias suelen llevar un componente creativo añadido, que haga que los niños disfruten y se sientan a gusto en su propia habitación.
Para decorar una habitación infantil se suelen utilizar tonos vivos o colores pasteles, que llenen de vida y de color el lugar. Los tonos oscuros suelen reservarse para habitaciones de adolescentes o adultos. Para estas estancias lo normal es optar por colores claros o brillantes, que estimulen la creatividad de los más pequeños.
En estas habitaciones los niños pasan gran parte de su tiempo, bien sea jugando, leyendo, durmiendo o haciendo los deberes. Para crear un ambiente agradable y un diseño de interiores a gusto del cliente, la pintura de paredes y techo será decisiva.
La decoración de las paredes es algo muy común en las habitaciones infantiles. Podemos optar por diferentes acabados, como la pintura de colores lisos o el papel pintado, que nos ofrece mayores posibilidades de personalización. En todo momento, el pintor profesional encargado del trabajo deberá respetar los requerimientos de la empresa de diseño de interiores, en caso de que la reforma de la vivienda vaya a su cargo, o bien del cliente final si es este el que se pone en contacto con el pintor. En todo caso, la opinión del cliente será fundamental a la hora de decidir el color de las paredes de la habitación infantil.
La edad del pequeño también puede influir a la hora de escoger uno u otro tipo de decoración para la habitación.
Para los bebés de entre 0 y 2 años suele optarse por pintar la habitación con colores claros y suaves, no demasiado saturados. calma. Los colores de las estancias influyen en el estado de ánimo de las personas, es por ello que a la hora de pintar una habitación infantil también tiene que tenerse este punto en cuenta. Escoger tonos suaves hace que el bebé pueda descansar mejor, y le confiere un estado de tranquilidad y paz, haciendo que su descanso sea mejor y más profundo.
Entre los 2 a los 4 años el niño crece y recibe más estímulos; está en constante desarrollo físico y psíquico y su mente está más activa y despierta. Para potenciar la diversión y creatividad del niño se emplea una amplia gama de colorido.
Entre los 4 a los 7 años los niños son muy activos y les encanta jugar. Los colores vivos y saturados para su habitación harán que estimulen su creatividad y desarrollen su imaginación en un ambiente dinámico y con personalidad.
A partir de los 7 años, el niño comienza a entrar en la etapa estudiantil y necesita un espacio donde poder estudiar y potenciar su concentración. Para lograrlo, los tonos cálidos y suaves serán perfectos. En especial, los colores verdes nos ayudarán a crear una atmósfera ideal para favorecer la concentración, sin perder la alegría y la frescura que caracteriza a una habitación infantil.
Crear una habitación infantil es una tarea emocionante y desafiante. Se busca un espacio que no solo sea estéticamente agradable, sino también funcional, seguro y adaptable al crecimiento del niño. Al considerar aspectos como la decoración, los colores, la iluminación y la disposición de los muebles, puedes diseñar un lugar donde tu hijo se sienta feliz y estimulado para jugar, aprender y descansar.
La iluminación juega un papel crucial en la habitación de un niño. Durante el día, aprovecha al máximo la luz natural, asegurándote de que la habitación tenga suficiente pero también ofreciendo la posibilidad de oscurecerla para las siestas. Por la noche, una iluminación suave y cálida es ideal para preparar al niño para dormir. Las lámparas de noche con luz tenue son perfectas para la hora de los cuentos, y las luces nocturnas pueden proporcionar consuelo a los niños que temen a la oscuridad.
Entre los 4 a los 7 años los niños son muy activos y les encanta jugar. Los colores vivos y saturados para su habitación harán que estimulen su creatividad y desarrollen su imaginación en un ambiente dinámico y con personalidad.
La disposición de los muebles debe ser segura y funcional. Asegúrate de que no haya esquinas afiladas o muebles inestables. La cama debe ser accesible y cómoda, con barreras si es necesario para los más pequeños. A medida que el niño crece, se pueden introducir escritorios y sillas ajustables para estudiar y hacer tareas. Los muebles modulares que se pueden reconfigurar son ideales, permitiendo cambios en la disposición a medida que cambian las necesidades y actividades del niño.
Una habitación infantil debe ser práctica y capaz de evolucionar con el niño. Esto significa elegir elementos que tengan múltiples usos y que puedan adaptarse con el tiempo. Por ejemplo, una cuna convertible puede transformarse en una cama para niños, y un cambiador puede convertirse en un escritorio. Almacenamiento flexible también es crucial. Los estantes abiertos para juguetes y libros pueden convertirse más tarde en espacio para trofeos, proyectos de arte y otros tesoros personales. La habitación de un niño debe ser un espacio que crezca con él. Esto no significa que tengas que prever cada cambio en los próximos diez años, sino más bien diseñar un espacio flexible que pueda adaptarse y cambiar con relativa facilidad. Los elementos neutros como los suelos y los muebles pueden ser constantes, mientras que los accesorios, la decoración y los colores pueden cambiar según sea necesario.
A medida que los niños crecen, es importante involucrarlos en la decoración de su espacio. Esto no solo asegura que la habitación refleje sus intereses y personalidad, sino que también les da un sentido de propiedad y responsabilidad. Permitirles elegir colores, temas o incluso la disposición de los muebles puede ser una actividad divertida y enriquecedora para ambos.
Los tipos de pintura empleada serán muy importantes a la hora de velar por la salud del niño, y también determinarán la duración del acabado.
Para las habitaciones de los bebés podemos utilizar pinturas ecológicas, fabricadas con componentes seguros para la salud humana y para el medio ambiente.
Conforme el niño va creciendo y se vuelve más activo, es común que los papás se encuentren con manchas o dibujos en las paredes que el niño haya hecho. Esta travesura puede empeorar el estado de la pintura de la habitación. Por ello, las pinturas superlavables se convierten en una opción ideal para eliminar manchas y resistir rozaduras. Es una pintura que puede lavarse fácilmente para que la habitación infantil pueda conservarse perfecta durante años, ayudándote a ahorrar dinero.
En cuanto a la decoración empleada, como ya hemos dicho, el papel pintado se postula como uno de los favoritos a la hora de pintar una pared. Estos papeles vienen diseñados en multitud de colores, estampados y patrones. Las cenefas, mosaicos o dibujos infantiles son muy comunes en la decoración de paredes infantiles. También podemos optar por añadir cuadros o vinilos, y con ello aportar una gran originalidad y personalidad a la estancia.
Si necesita un pintor para decorar la habitación de sus hijos, en nuestro equipo de Pintor Zaragoza le asesoraremos acerca de los colores más adecuados para diseñar una habitación infantil a su gusto y al de los pequeños, donde puedan disfrutar de un rato de ocio y descanso. Contacte con nosotros y solicítenos un presupuesto sin compromiso.