Si en tu casa tienes azulejos con estampados anticuados o deseas modificar su estética para renovar la decoración de las estancias de tu hogar, debes saber que existe una pintura especial para azulejos y baldosas. Con ella, podrás darle un toque diferente a tu vivienda por muy poco dinero.
Utilizar la pintura para azulejos te reportará numerosos beneficios para decorar tu hogar sin gastarte mucho dinero en la renovación del alicatado. Una solución con la que lograrás mejorar considerablemente el aspecto de tu casa y que no es nada compleja. Tan solo necesitarás los siguientes materiales para ponerte manos a la obra:
Antes de proceder a explicarte la técnica pasaremos a analizar en profundidad el tipo de pintura que se emplea para los azulejos, ya que posee unas características especiales que te ayudarán a cubrir por completo las baldosas y a que el nuevo acabado dure intacto por muchos años.
La pintura que se emplea para pintar azulejos se conoce como esmalte. Es un tipo de acabado que se diferencia del resto por su adherencia y dureza. Existen esmaltes específicos para este propósito, que destacan por su elasticidad, algo que permite obtener un acabado uniforme, sin que se aprecien marcas del rodillo o la brocha.
Existen distintos tipos de acabados de esmalte, que pueden ser mate, satinado o con brillo. Cuanto mayor brillo haya, más se apreciarán las imperfecciones del alicatado. Es por ello que se recomienda el acabado mate si los azulejos o baldosas presentan alguna imperfección.
Las ventajas del uso de la pintura para azulejos son:
Los esmaltes ofrecen una excelente adherencia y una dureza y elasticidad más altas que otro tipo de pinturas, lo que los hace perfectos para poder pintar baldosas y azulejos.
Existen diversos tipos de esmaltes, los cuales son:
El esmalte es la mejor opción para pintar los azulejos de las paredes, por todas las ventajas anteriores que hemos nombrado.
Dependiendo del estado del azulejo y el acabado que deseemos obtener, podremos escoger entre varias opciones para llevar a cabo el trabajo:
La imprimación nos permite preparar mejor la superficie, aunque no es requisito imprescindible, ya que también existen pinturas sin imprimación para este fin.
También podemos optar por otro tipo de pintura convencional, en caso de que no encontremos nuestro tono ideal dentro de los esmaltes para azulejos. No obstante, el esmalte sigue siendo la opción más extendida por sus múltiples ventajas y porque nos ofrece un acabado más perfeccionado.
Dependiendo del tamaño del azulejo, podremos emplear distintos tipos de rodillos. Cuando el azulejo es grande, se recomienda el uso de rodillos de espuma, ya que necesitaremos recoger una mayor cantidad de pintura.
Los rodillos de lana y de pelo corto, por otro lado, nos ayudan a absorber mejor la pintura y podemos pintar de forma más precisa el azulejo, midiendo la cantidad exacta de pintura que aplicamos para no sobrepasarnos. Para aquellos usuarios que no disponen de experiencia en la pintura, este rodillo es muy recomendable por su alta precisión.
Antes de proceder a aplicar el esmalte es esencial limpiar cuidadosamente el alicatado con un limpiador doméstico. Para retirar los restos de cal podemos frotar suavemente un trapo con vinagre, una opción muy buena para limpiar en profundidad los azulejos. Para desengrasar la superficie y dejarla preparada para la pintura, utilizaremos un trapo empapado en acetona.
Deberemos ocuparnos de proteger adecuadamente el suelo con un plástico o papel protector y fijarlo con cinta de carrocero. Es recomendable en este paso cubrir las juntas con cinta para no mancharlas. También protegeremos los enchufes, interruptores u otros elementos del mobiliario susceptibles de que puedan mancharse.
Si la pintura que hemos comprado requiere de una imprimación previa para mejorar su adhesión, la aplicaremos antes del esmalte, cubriendo bien todas las juntas y asegurándonos de que el alicatado queda cubierto por completo. Antes de que se seque, puedes retirar la cinta de carrocero de las juntas para evitar que la pintura se desconche.
Tras haber dejado secar la imprimación el tiempo pertinente, procederemos a aplicar la pintura para azulejos, después de habernos asegurado de proteger de nuevo el alicatado, enchufes e interruptores. Abrimos el bote de la pintura y batimos el producto para obtener una mezcla homogénea y untamos una brocha redonda, con la que cubriremos los bordes y los ángulos. Continuaremos aplicando el esmalte con un rodillo de pelo corto, alternando pasadas en vertical y horizontal.
Si la pintura no necesita de una imprimación previa, es probable que necesitemos aplicar una segunda capa de esmalte para poder obtener un acabado más pulido.
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